Por Gabriela Firpo
Faltando pocos
días para las elecciones en Venezuela, Ignacio Ramonet, director de la
publicación mensual Le Monde Diplomatique, fue invitado a
dicho país para realizar una charla sobre el poder que ejercen los medios de
comunicación en la actualidad. El lugar estaba colmado de numerosos
intelectuales, periodistas, fotógrafos e invitados especiales dispuestos a
escuchar atentos. Yo también fui invitada a dicho evento, pero no me bastaba
con grabar y tomar apuntes de lo que escuchaba. Una vez terminada la
conferencia, logré mezclarme con los organizadores del lugar y llegar a
Ramonet.
--Disculpe, me
gustaría hacerle una consulta. Trabajo para un diario en la localidad de
Caracas y quisiera saber su opinión puntual sobre el dominio que ejercen los
medios de comunicación.
Bastó sólo dos
segundos para que pensara la respuesta y pudiera contestar con ese aire de
sabiduría y experiencia que brotaba de sus palabras.
--Yo creo que la
globalización hace que los actores principales no sean los dirigentes
políticos, sino los grupos económicos dominantes. Y hoy en día ese papel lo
tienen los medios de comunicación social, respondió.
En
este marco, Venezuela no está al margen del rol que ocupan los medios, ya que
estos se transformaron en actores políticos centrales, que manipulan y sesgan
los flujos de información, manifestando una creciente intervención en las
disputas políticas. Tal es así que los medios han pasado a ocupar el espacio de
opositores centrales al gobierno de Hugo Chávez.
No es
en vano citar en este punto esa famosa frase “del amor al odio hay un sólo
paso”, ya que eso es lo que ocurre con la historia de los medios en Venezuela
con su presidente. Cuando Hugo Chávez llegó a las tapas de los medios de
comunicación, nada hacía suponer que tiempo después su relación con un
sector de la prensa, aquel que responde a los intereses de empresarios y
políticos opositores al gobierno, terminaría en una guerra contra los medios. Allá por 1999 cuando asumía la presidencia, centenares de medios apoyaban su gestión
y colmaron los canales de tv, las radios y la prensa con palabras de aliento.
Pero esa fantástica luna de miel que bien se podía disfrutar en las playas de
la Isla Margarita, llegó a su fin tras una serie de críticas que comenzaron a
venir desde un sector de los medios de comunicación. Cuando este conflicto de
intereses tanto económicos como de dominio se desata, ambas partes sacaron a la
luz sus municiones más pesadas. Por un lado, el primer mandatario venezolano respondió
atacando a los periodistas, llamando a los medios "terroristas" y
desatando una ola de cierre de cadenas de radio y televisión,
como por ejemplo el conflicto que sufre con Radio Caracas Televisión.
--Una última
consulta, ¿Usted cree que cierto sector de medios de comunicación aquí en
Venezuela son los principales opositores a este Gobierno?
--Efectivamente.
Considero que los medios asumieron la función de oposición al gobierno cuando
llevaron adelante aquel Golpe de Estado del 2002.
En el 2004, Chávez logró que su Congreso aprobara la llamada Ley Resorte oLey de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, que prevé sanciones con multas e interrupción de la transmisión a quienes no cumplan con los pedidos del Estado. En este sentido, esa relación no tendió a mejorar, sino que continuó profundizándose. Fue así que los medios opositores decidieron atacar a reproduciendo en sus noticias los momentos más críticos de un gobierno que intenta continuar en el poder, como así también, parafrasearon con la enfermedad del mandatario, ya que el morbo parece triunfar en todas las batallas.
En el 2004, Chávez logró que su Congreso aprobara la llamada Ley Resorte oLey de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, que prevé sanciones con multas e interrupción de la transmisión a quienes no cumplan con los pedidos del Estado. En este sentido, esa relación no tendió a mejorar, sino que continuó profundizándose. Fue así que los medios opositores decidieron atacar a reproduciendo en sus noticias los momentos más críticos de un gobierno que intenta continuar en el poder, como así también, parafrasearon con la enfermedad del mandatario, ya que el morbo parece triunfar en todas las batallas.
Es
así que esta cruzada de amores, peleas, luchas, no encuentra su fin. Al
parecer, esa relación de enamoramiento entre Chávez y los medios no tiene miras
de renacer.
Fuentes consultadas:
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